Los procesos de Reclutamiento y
Selección de Personal se han vuelto cada vez más complejos en Venezuela. Todas
las empresas y sus Reclutadores enfrentan cada día los estragos de la fuga de
talentos, la imposibilidad de ofrecer paquetes salariales que recuperen el
poder adquisitivo y la dificultad de retener a personas talentosas que ya no
sueñan con hacer carreras de largo plazo en Venezuela.
Según estadísticas no publicadas
por los entes gubernamentales y que pueden estimarse nada más haciendo visitas
a los organismos que tramitan documentación de estudios, cartas de buena
conducta, programas, entre otros; se evidencia
que existe toda una cohorte cuyos planes futuros se proyectan fuera del país.
En las largas colas para obtener
documentos ya no solo se encuentran los jóvenes profesionales en búsqueda de
mejores oportunidades y progreso, sino adultos medios y algunos mayores,
evaluando posibilidades de volver a comenzar para poder garantizar que al menos,
no siga en retroceso su capacidad para adquirir bienes y servicios; o peor aún,
su dificultad para pagar el colegio, salir de vacaciones y hasta comprar
alimentos.
En una conferencia en una de las
universidades de más prestigio en Venezuela, al preguntar a los asistentes de
cuarto y quinto año acerca de quiénes planeaban continuar sus estudios o vida
profesional fuera del país, un triste 100% levantó su mano ante lo cual no
puedo negar el nudo que se me hizo en la garganta.
Hasta hace tal vez poco más de un
año, podíamos hablar de la fuga de talentos de los jóvenes profesionales con
menos de cuatro años de graduados; sin embargo en éste momento la mayoría de
los venezolanos conoce a alguien que se está yendo del país, mayores de
cuarenta años, con o sin ofertas de trabajo, vendiendo parte de sus bienes,
mudándose a casa de algún familiar en el exterior o cualquier esquema que le
permita “probar suerte”, como decían antiguamente las personas que se mudaban
del interior a la capital. Algunos se van de manera ilegal, otros andan buscando
activamente qué hacer afuera y la mayoría con sus papeles listos, por si se
presenta la oportunidad o la decisión de hacerlo. Algunos países han comenzado
a otorgar facilidades y permisos de trabajo y hasta la posibilidad de recibir
solicitudes de cambio de nacionalidad.
Algunas universidades y
organismos han modificado sus procesos de tramitación de documentaciones, para
ordenar, organizar y facilitar la entrega de las mismas, ya que con su personal
habitual no les es posible atender la demanda existente.
Esta realidad progresiva y que se
ha ido acentuando cada día, ha abierto las puertas de muchas empresas locales,
a personas con edad mucho menor o mayor a la requerida tradicionalmente para
determinados puestos de trabajo, facilitando así el rápido ascenso de una nueva
generación de jóvenes o la reinserción de profesionales de hasta la tercera
edad que en otros tiempos tendrían pocas posibilidades de reinsertarse.
Profesionales formados a nivel Técnico Superior tienen ahora más oportunidades
y algunos Reclutadores se han vuelto más flexibles ante aspectos curriculares
como la inestabilidad laboral, los años de experiencia mínimos requeridos y la
re consideración de candidatos que en otros tiempos no hubiesen sido
competitivos para ciertos cargos.
En las entrevistas de selección,
ha surgido un nuevo apartado de preguntas exploratorias, relacionadas con si ya
apostilló o no sus documentos, familiares en otros países, entrevistas por internet,
solicitudes de becas y empleos en el exterior, percepción de la opinión de la
familia respecto a irse del país, cuánto tiempo se quedarán o simplemente cómo
ven sus posibilidades de desarrollo profesional en Venezuela.
En una conversación reciente con
colegas reclutadores, alguno de ellos me decía que prefería no hacer esas
preguntas, porque le parecía que igual la mayoría tenía una percepción muy
negativa de las posibilidades de crecer en el país, así que era mejor concentrarse
en conseguir los perfiles y tratar de retenerlos.
Finalmente después de todas estas reflexiones,
terminé preguntándome si ya llegó el momento de preparar los papeles “por si
acaso”.
Por: Virna Rodríguez
eyvconsultores@gmail.com
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